El mismo: Único y poderoso Dios

Jehová es mi fortaleza

y mi cántico.

Ha sido mi salvación.

Este es mi Dios,

a quien yo alabaré;

el Dios de mi padre,

a quien yo enalteceré.

Éxodo 15: 2

Este fragmento es parte del cántico de Moisés y su hermana Myriam (María), después de haber salido de Egipto y haber cruzado el Mar Rojo en seco. Debe ser uno de los primeros poemas o cantos de alabanza a Dios que se registran y tiene la forma poética de un Salmo. Si examinamos el Salmo 118 nos encontramos con la misma expresión: Jehová es mi fortaleza y mi cántico (Salmo 118: 14 )

Sin duda estos versos tienen la fuerza de un canto épico; es el desborde de una emoción jubilosa. No es menor haber atravesado el lecho del mar, que sin duda no era un ancho "camino vecinal" como alguna vez se ha mostrado en películas.  Leyendo todo el cántico nos damos cuenta que fue atravesar "abismos", oscuras "profundidades como piedras", donde la mano poderosa del Señor se mantuvo firme para señalar cada paso y completar el rescate. Lo que demuestra una vez más, que el camino de la fe no es una "autopista", pero la mano poderosa del Señor es nuestra seguridad. 

Me encanta saber que cuando oramos estos versos estamos adorando al mismo Dios de la antigüedad, aquel de las grandes hazañas históricas. Dios único, poderoso y fuerte, pero a la vez con una ternura de Padre, ocupándose de cada detalle mínimo de nuestra vida, brindándonos su protección y amoroso cuidado.

¡Oh Señor, Dios eterno y poderoso

recibe hoy nuestra adoración!

Pintura: Steve Mills

sitio