Hizo la luna para los tiempos;
el sol conoce su ocaso.
Salmo 104: 19
El Salmo 104 es un poema que celebra la creación de Dios. El salmista hace un recorrido por cielo, tierra y mar para decir lo que nosotros también podemos percibir: en toda la creación están las huellas gloriosas de Dios, el Creador.
En los tiempos en que fue escrito este salmo, la concepción cósmica del universo estaba muy lejos del rigor científico de nuestro tiempo; las ideas en torno al sol y la luna estaban más cerca del mito y la superstición y sin embargo cuando leemos hoy este verso: Hizo la luna para los tiempos; el sol conoce su ocaso, nos resulta perfectamente coherente. Me emocionan estos detalles que, además, nos hablan de la sabiduría de Dios para lograr el entendimiento humano, usando la inspiración del salmista. Esto es lo que llamamos revelación.
Toda la obra que el salmista logra visualizar y admirar, es como un gran lienzo majestuoso y colorido de la creación e inevitablemente surge la adoración a Dios:
¡Bendice, alma mía, a Jehová!
¡Aleluya!
¡Oh Señor, danos hoy la sensibilidad necesaria para alabarte
y reconocerte en cada detalle de nuestro entorno natural!
Pintura: Maxfield Parrish
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