Si tu Ley no hubiese sido
mi delicia,
ya en mi aflicción
hubiera perecido.
Salmo 119: 92
Aun en nuestros días la Palabra del Señor, el texto bíblico, trae esperanza, regocijo, paz duradera y salud del alma en tiempos de aflicción, desesperanza o depresión. Muchas personas pueden (podemos) decir como el salmista: Si tu Ley (Si tu Palabra) no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido.
Nuestro sustento espiritual diario viene del Señor a través de su Palabra. Me encanta como lo dice el profeta Ezequiel, cuando habla del pastoreo espiritual de Dios para sus ovejas: "Yo mismo saldré a buscar a mis ovejas y las encontraré... les daré buenos pastizales...descansarán en lugares agradables y se alimentarán con los abundantes pastizales verdes de las colinas... vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles"
Haber encontrado este pasaje bíblico es emocionante para mi, por una parte, lo veo como la confirmación de la afirmación del salmista y por otra es la "delicia" de comprobar una vez más que la Santa Biblia, a pesar de estar compuesta por muchos libros, tiene Un mensaje que es reiterado de muchas maneras. Es el Espíritu de Dios que inspiró a los autores unificando el mensaje: el santo Amor de Dios por cada uno de sus hijos.
Nuestro sustento espiritual diario viene del Señor a través de su Palabra. Me encanta como lo dice el profeta Ezequiel, cuando habla del pastoreo espiritual de Dios para sus ovejas: "Yo mismo saldré a buscar a mis ovejas y las encontraré... les daré buenos pastizales...descansarán en lugares agradables y se alimentarán con los abundantes pastizales verdes de las colinas... vendaré a las heridas y fortaleceré a las débiles"
Haber encontrado este pasaje bíblico es emocionante para mi, por una parte, lo veo como la confirmación de la afirmación del salmista y por otra es la "delicia" de comprobar una vez más que la Santa Biblia, a pesar de estar compuesta por muchos libros, tiene Un mensaje que es reiterado de muchas maneras. Es el Espíritu de Dios que inspiró a los autores unificando el mensaje: el santo Amor de Dios por cada uno de sus hijos.
Pintura: Henri Lebasque
Francia
1865 - 1937
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