miércoles, 20 de febrero de 2013

Misericordia y clemencia



Misericordioso y clemente
es Jehová,
lento para la ira
y grande en misericordia.
Salmo 103: 8

Grande en misericordia. Si no fuera por la misericordia abundante del Señor no alcanzaríamos el perdón para nuestras faltas. Su compasión se manifiesta cuando nos acercamos a Él y nos acoge en su santo amor. Su clemencia se manifiesta en que mereciendo un castigo, Dios nos da nuevas oportunidades.

Cuando alguien va conduciendo su auto y no se detiene en un disco "Pare" se expone a la sanción que está estipulada en la Ley de Tránsito. Si es detenido por esta falta, sólo un acto de clemencia de la autoridad, podría salvarlo del "castigo" porque se trata de una infracción que es considerada "falta gravísima" (al menos aquí en Chile). Recordemos que las reglas del tránsito proveen un marco seguro para el flujo vehicular.
Lo que corresponde es cumplir la Ley  y enseñar 
a otros a hacer lo mismo.

Los mandamientos tienen un rol importante frente a Dios y frente a nuestro prójimo; nos ayudan a caminar seguros y rectamente delante del Señor. La misericordia de Dios no invalida la Ley, como tampoco significa que podemos dejar de observarla y cumplirla. 
La misericordia de Dios es un regalo que Dios mismo nos da, en la medida y condiciones que sólo Él determina.

Guardamos sus mandamientos por amor a nuestro Padre Dios, que nos ha dado de su gracia aun sin merecerla. 

¡Oh señor, míranos hoy con tu misericordia!

Pintura: Albert Raudnitz
Alemania
1814 - 1899




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