Desata mis labios, Oh Señor
para que mi boca pueda alabarte
Salmo 51: 15
Este salmo 51 es la súplica de un corazón penitente, acongojado y lleno de arrepentimiento. Es uno de los salmos más conmovedores y ha sido orado por miles de personas a través de los siglos, porque expresa con una sinceridad desgarradora, la necesidad de ser perdonado por Dios.
Cuando el salmista pide desata mis labios, Oh Señor, me parece que desea sentirse liberado de la culpa para poder articular una alabanza. Expresa en definitiva el deseo de liberación del corazón y del alma, para que fluya el gozo del perdón, de la gratitud
y de la devoción.
En última instancia, ¿cómo podríamos elevar una alabanza a Dios, si Dios mismo no nos purifica para estar ante Él?
La presencia santa de Dios merece todo honor y en ocasiones, creo yo, es preferible estar en silencio, confiando en su
misericordia y su bondad.
¡Oh Señor, desata hoy nuestros labios,
y pon una alabanza nueva para ti!
Cuando el salmista pide desata mis labios, Oh Señor, me parece que desea sentirse liberado de la culpa para poder articular una alabanza. Expresa en definitiva el deseo de liberación del corazón y del alma, para que fluya el gozo del perdón, de la gratitud
y de la devoción.
En última instancia, ¿cómo podríamos elevar una alabanza a Dios, si Dios mismo no nos purifica para estar ante Él?
La presencia santa de Dios merece todo honor y en ocasiones, creo yo, es preferible estar en silencio, confiando en su
misericordia y su bondad.
¡Oh Señor, desata hoy nuestros labios,
y pon una alabanza nueva para ti!
Ilustración: Selcuk Demirel