Jehová es mi fortaleza y mi escudo;
en Él confió mi corazón
y fui ayudado,
por lo que se gozó mi corazón.
Con mi cántico lo alabaré.
Salmo 28: 7
Cuando sentimos que nuestras oraciones son escuchadas por Dios, la plegaria se convierte en alabanza y la súplica en canto de gratitud. El Señor es quien da fuerzas; en nuestra debilidad Él es quien nos levanta.
En Él confió mi corazón y fui ayudado. Este es el feliz testimonio de alguien que reconoce el amor de Dios, su misericordia y compasión en hechos concretos. Cuando le entregamos nuestra súplica Él nos responde. El Apóstol San Pablo escribiendo a los Filipenses dice: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que les falta, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús"
¡Oh Señor, con mi canto te alabo hoy!
Cuando sentimos que nuestras oraciones son escuchadas por Dios, la plegaria se convierte en alabanza y la súplica en canto de gratitud. El Señor es quien da fuerzas; en nuestra debilidad Él es quien nos levanta.
En Él confió mi corazón y fui ayudado. Este es el feliz testimonio de alguien que reconoce el amor de Dios, su misericordia y compasión en hechos concretos. Cuando le entregamos nuestra súplica Él nos responde. El Apóstol San Pablo escribiendo a los Filipenses dice: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que les falta, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús"
¡Oh Señor, con mi canto te alabo hoy!
Pintura: Marie Spaeth Haughton
1883 - 1937
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