Mis ojos pondré
en los fieles de la tierra,
para que estén conmigo;
el que anda en el camino
de la perfección,
este me servirá.
Salmo 101: 6
El Salmo 101 es el canto de un Rey que anuncia sus principios referenciales tanto para su vida pública como privada. Ese Rey, mayor que David y Salomón, sin duda es Cristo; lo digo porque es el único que ha cumplido perfectamente el Camino de Perfección. Al mismo tiempo nos ha dejado el ejemplo de la nobleza de su carácter para andar en su Camino.
Jesús, con su humildad, nos enseñó y nos sigue desafiando, a vivir la vida cotidiana a su manera, a su modo: amando a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Me parece oportuno recordar aquí "la regla de oro", un "secreto" que Jesús nos dejó para disfrutar la convivencia y para compartir el camino con alegría:
"Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos"
¡Oh Señor, danos hoy la fuerza necesaria para perseverar contigo!
El Salmo 101 es el canto de un Rey que anuncia sus principios referenciales tanto para su vida pública como privada. Ese Rey, mayor que David y Salomón, sin duda es Cristo; lo digo porque es el único que ha cumplido perfectamente el Camino de Perfección. Al mismo tiempo nos ha dejado el ejemplo de la nobleza de su carácter para andar en su Camino.
Jesús, con su humildad, nos enseñó y nos sigue desafiando, a vivir la vida cotidiana a su manera, a su modo: amando a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Me parece oportuno recordar aquí "la regla de oro", un "secreto" que Jesús nos dejó para disfrutar la convivencia y para compartir el camino con alegría:
"Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos"
¡Oh Señor, danos hoy la fuerza necesaria para perseverar contigo!
Ilustración del libro "Navidad en el Establo"
de Astrid Lindgren y Lars Klinting
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