Dios de los Ejércitos, vuelve ahora;
mira desde el cielo,
considera y visita esta viña.
Salmo 80: 14
El salmo 80 es una oración, un ruego, una súplica que nos inspira por la forma en que está escrita. Comienza dirigiéndose a Dios como el Pastor de Israel, pero luego lo llama Dios de los Ejércitos. De esta manera el salmista enlaza la ternura y la bondad, con el poderío y la fuerza que encontramos en nuestro Padre Dios. Ambas son expresiones de plena confianza y fe que surgen a pesar de la tristeza y la desolación.
Con muy poco esfuerzo podríamos observar esta escena: El Buen Pastor con su vara y su cayado visitando esta viña, infundiendo aliento pero también imponiendo orden y disciplina; quitando las piedras, recogiendo los sarmientos secos y atándolos para ser quemados. Levantando los brotes nuevos, colocando soportes, abono y reforzando las protecciones; luego la riega. Esta visita se convierte en la mayor bendición porque la viña se revitaliza y aumenta su valía.
En medio de nuestras propias dificultades podemos seguir el ejemplo del salmista. Elevar nuestras súplicas a Dios, al único que tiene la bondad y el poder para acogernos, entendernos, respondernos, revitalizarnos y restaurarnos.
"Durante la aflicción viene Dios; y cuando Él viene,
ya no hay más aflicción"
(Proverbio galés)
Pintura: Alfred Sisley
1839 - 1899
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