¡Cuán grande es tu bondad,
que has guardado
para los que te temen,
que has mostrado
a los que esperan en ti,
delante de los hijos
de los hombres!
Salmo 31: 19
No hay medida alguna con la cual medir la inconmensurable bondad del Señor, Él es la bondad misma. Quizás por eso el salmista usa un signo de exclamación, porque no encuentra un adjetivo apropiado. No podemos medirla o cuantificarla, pero nos asombra. La bondad de Dios está en todo y en todo momento.
¡Oh Señor, gracias por tu gran bondad!
Pintura: Isabel Guerra
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