Me he consumido
a fuerza de gemir;
todas las noches
inundo de llanto mi lecho,
riego mi cama con mis lágrimas.
Salmo 6:6
Ninguna emoción está excluida cuando el salmista se presenta frente a Dios; así queda en evidencia en este verso, en que parece que el dolor consume implacablemente el ánimo, las fuerzas, y la vida.
Me ha costado entender que Dios espera que, en nuestra relación directa con Él, podamos ser totalmente sinceros, sin "espiritualizar" nuestros dolores. Dios nos invita a traer nuestras emociones, aun las más "oscuras", como un acto de adoración.
Al concluir este mismo Salmo N· 6 notamos que el salmista es consolado y por eso dice (9): Jehová ha oído mi ruego; ha recibido Jehová mi oración.
Es en medio de los conflictos cuando parece que mejor podemos entender y experimentar la cercanía y el Amor de Dios que siempre es mucho más de lo que esperamos o entendemos.
Crying Woman
Joe McDermott
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