Jehová, no se ha
envanecido mi corazón
ni mis ojos se enaltecieron;
ni anduve en grandezas
ni en cosas demasiado sublimes
para mi.
En verdad me he comportado
y he acallado mi alma
como un niño destetado
de su madre.
¡Como un niño destetado
está mi alma!
Espera, Israel, en Jehová
desde ahora y para siempre
Salmo 131
El título de este Salmo es "Confiando en Dios como un niño"
La quietud del alma es un gran regalo de Dios en medio de nuestro mundo frenético. Trae orden a nuestros pensamientos dispersos y trae serenidad para enfrentar nuestras circunstancias.
El salmista descansa en Dios como un niño en brazos de su madre.
Cuando dejamos de lado la auto-referencia, podemos esperar ser alimentados con la dulce leche de Dios que palpita vida verdadera.
Madre con su niño
Amedeo Modigliani
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