miércoles, 22 de febrero de 2012

Nada queda oculto




Aun las tinieblas
no encubren de ti,
y la noche resplandece
como el día;
¡lo mismo te son las tinieblas
que la luz!
Salmo 139: 12

El salmista llega a la conclusión inequívoca, de que Dios todo lo ve. A diferencia de nosotros que sólo la presencia de luz nos permite ver, y la oscuridad nos abruma y termina por atemorizarnos.
Cuando el día declina y comienza a llegar la oscuridad, las sombras se alargan, los ruidos se magnifican y los temores se acrecientan. También ocurre esto en el plano espiritual, pero por muy profunda que sea la oscuridad, la presencia de Dios está allí. El Salmo 23 dice "aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo".

A veces la noche del alma es tristeza por la pérdida de un ser querido, o enfermedad, o la frustración ante un sueño roto. No importa cuál, ni cuán profunda sea esa oscuridad; la presencia de Dios, su amor y compañía rompen las tinieblas de la noche, trayendo luz de esperanza, luz de un nuevo día luminoso lleno de salud, oportunidades y crecimiento espiritual.

Gracias Señor porque ¡lo mismo te son las tinieblas que la luz!


"Paseo solitario"
del fotógrafo Fan Ho




Dedicado a:
 Haydee
María Regina
Andrea

2 comentarios:

Roberto dijo...

AMÉEEN.....!!!!!!!!!!!!!!!!! Gracias por recordarnos la misericordia de DIOS.- BENDICIONES !!!!

Clarissa Rodriguez dijo...

La misericordia de Dios está presente en nuestras vidas hoy, de muchas formas. Aun en las circunstancias o momentos más oscuros

Un gran abrazo, querido Roberto

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