¡Bendígate Jehová desde Sión,
y que veas el bien de Jerusalén
todos los días de tu vida
Salmo 128: 5
Bendígate Jehová desde Sión. Cualquier cristiano, Hijo de Dios, puede acceder a esta bendición, la bendición del Dios Eterno.
Además es una bendición específica: que veas el bien de Jerusalén, es la prosperidad de lo propio, del terruño; todos los días de tu vida, es desde ahora y para siempre.
¿Puede haber mayor bendición que ser testigos, tener plena conciencia, de los dones de amor de nuestro Dios? Él prospera nuestros asuntos cotidianos; provee de bienestar a los seres que amamos, a nuestra familia y completa nuestra íntima paz.
Esta es la bendición preparada para "todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos" (así comienza este Salmo).
-¿Quien lo garantiza?- La fidelidad eterna de Dios.
¡Oh Señor, Gracias por tus promesas de amor!
Dedico, especialmente, esta oración a Carolina y Guillermo
que hoy emprenden la vida como matrimonio.
pintura de Steve Hanks
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