amonestado con ellos;
en guardarlos hay gran recompensa
Salmo 19: 11
El amor que el salmista expresa en este salmo por la Ley de Dios, parece ir más allá del mero deseo de ser correcto. Nos habla de un genuino amor que lo lleva a estudiarla minuciosa y celosamente.
Desde ese punto de vista es admirable que el mismo salmista nos diga que "es además amonestado" en los mandamientos. Vale decir, son un espejo de instrucción, de aprendizaje, de crecimiento espiritual. El esfuerzo por cumplir la Ley de Dios aparentemente es estéril, dada la imposibilidad humana de tal perfección y sin embargo hay tanta belleza en ella, que pasa a ser el mayor tesoro y fuente de regocijo. Es la "lámpara" que alumbra y da seguridad a nuestros pasos.
"En guardarlos hay grande recompensa". Todo esfuerzo por guardar los mandamientos y la Ley divina es bendecido por Dios. La mayor recompensa es saber que Dios nos mira con agrado, como un Padre que se alegra cuando sus hijos hacen lo correcto.
Frederick Leighton
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