Porque mejor es un día en tu atrios
que mil fuera de ellos
Salmo 84:10
En Tus atrios. Los atrios representan un lugar específico en el templo. Forman parte del lugar dedicado a la adoración a Dios. Entrar allí es disponerse para la adoración, la meditación y el encuentro con Dios. Es dedicar tiempo y voluntad a una actividad que va en directo beneficio de nuestro espíritu.
Vamos al templo, entramos al lugar santo no porque Dios necesite que lo hagamos o porque la presencia de Dios se circunscriba sólo a ese lugar. Lo hacemos por nosotros mismos. Es la forma en que nuestro espíritu encuentra su cause del mismo modo como una planta orienta sus ramas hacia la luz.
"Cuando un hombre lleva a sus amigos a cenar y saca la cartera, puede que sus amigos comiencen a decir lo bueno que es por pagarles la cena. Pero, él sencillamente levantará la mano en señal de silencio y dirá: Es un placer. En otras palabras, si hago una buena obra por el gozo que me produce, se destruye el impulso del orgullo" (John Piper – Sed de Dios)
Vamos al templo, entramos al lugar santo no porque Dios necesite que lo hagamos o porque la presencia de Dios se circunscriba sólo a ese lugar. Lo hacemos por nosotros mismos. Es la forma en que nuestro espíritu encuentra su cause del mismo modo como una planta orienta sus ramas hacia la luz.
"Cuando un hombre lleva a sus amigos a cenar y saca la cartera, puede que sus amigos comiencen a decir lo bueno que es por pagarles la cena. Pero, él sencillamente levantará la mano en señal de silencio y dirá: Es un placer. En otras palabras, si hago una buena obra por el gozo que me produce, se destruye el impulso del orgullo" (John Piper – Sed de Dios)
El Nuevo Testamento nos enseña que nosotros somos templos de Dios. En este sentido, por una parte podemos acceder con mayor libertad al altar de Dios que hemos dispuesto en nuestro interior y por otra, también nos deja la responsabilidad de mantener "habilitado", limpio y preparado ese espacio sagrado.
¡mejor es un día en tu atrios
que mil fuera de ellos!
Iglesia de la Providencia, Temuco
Acuarela de Alfredo Castillo
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