miércoles, 31 de julio de 2013

Instrucción divina




El Señor dice:
"Yo te instruiré,
Yo te mostraré el camino que
debes seguir;
Yo te daré consejos y velaré
por ti
Salmo 32: 8
NVI

Aquí encontramos todo lo necesario para vivir cada día avanzando, paso a paso,  en el Camino de la Vida Verdadera; y es abrumador saber que Dios mismo se ocupa de ponerlo a nuestra disposición. Primero nos enseña cómo hacerlo, luego nos muestra cuál es el camino correcto, en seguida responde nuestras dudas y nos aconseja para, finalmente, darnos su protección.
El ofrecimiento continua en pie para todos los que confían en Él. Dios no ha cambiado. Lo único que necesitamos hacer es acercarnos con humildad y un corazón dispuesto para el aprendizaje y la instrucción divina; obediente a sus consejos y confiado en su amoroso cuidado.

Gracias Señor porque Tú eres el Camino verdadero. 
Podemos caminar confiados, con alegría y gratitud, 
recibiendo todo lo que has dispuesto 
para nuestro bien.

Pintura: Winslow Homer

martes, 30 de julio de 2013

Dos cosas - una petición




Sólo dos cosas te pido, Señor;
no me las niegues antes de que 
muera;
Aleja de mi la falsedad y la mentira;
no me des pobreza ni riquezas
sino sólo el pan de cada día.
Porque teniendo mucho, podría
desconocerte
y decir: "¿Y quién es el Señor?"
y teniendo poco, podría llegar a robar
y deshonrar así el nombre de mi
Dios.
Proverbios  30: 7, 8, 9
NVI

Si falsedad y mentiras están en directa relación con los dos extremos de una situación financiera, entonces podríamos afirmar que vivir con austeridad y discreción está justo en el camino de lo correcto. 
Lejos de la ansiedad por las riquezas o la preocupación por qué comeremos o qué vestiremos, somos libres para ocuparnos de aquellas cosas eternas que nos llevarán a vivir en el reino de Dios y su justicia.

Jesús nos enseñó, en el gran "Sermón del Monte", que Dios espera que vivamos dependiendo de su protección y sustento. Puso como ejemplo a las aves "que no siembran ni cosechan, pero Dios las alimenta",  porque si Dios vela por ellas, con mayor razón se ocupa de sus hijos amados.

Es notable la sabiduría que encontramos en este pasaje de Proverbios; se trata de una petición. Una plegaria honesta, de alguien que tiene conciencia de su propia debilidad; alguien que reconoce que sin la ayuda de Dios mismo, no será posible mantener  
 el corazón limpio, libre de mentiras y falsedades, para buscar los preceptos divinos. Esa búsqueda tiene la mayor de las recompensas: la presencia de Dios Todopoderoso, cara a cara. Ya lo dijo Jesús: "Dichosos los de corazón limpio, pues ellos verán a Dios" 

"Porque donde está tu tesoro allí estará también tu corazón"

De tus preceptos adquiero
entendimiento;
por eso aborrezco toda senda
de mentira.
Salmo 119: 104

lunes, 29 de julio de 2013

Completa protección



Tu protección me envuelve por
completo,
me cubres con la palma de tu mano
Salmo 139: 5
NVI

El Salmo 139 es un poema que exalta el amoroso cuidado de Dios, con figuras de sorprendente belleza. Nos ayuda a meditar en las grandes e infinitas cualidades divinas, tales como su capacidad de estar en todo lugar y su amplio conocimiento que no tiene principio ni final. Así es nuestro Dios y Padre: santo, eterno, infinito. Pero lo más asombroso es un inagotable Amor que nos envuelve por completo.

Podemos estar plenamente confiados y sentirnos muy seguros porque Él nos cubre con la palma de su mano.

Pintura: John White Alexander

domingo, 28 de julio de 2013

Corazón firme




Firme está, oh Dios, mi corazón;
firme está mi corazón.
Voy a cantarte salmos
Salmo 57: 7

El corazón está firme y lleno de alabanzas a Dios porque reposa 
sobre la Roca Eterna de la Salvación.

La estabilidad y el equilibrio de nuestro cuerpo se traduce en firmeza. Nos sentimos firmes y seguros cuando nuestros pies reposan sobre un sustento sólido. Sin embargo esto no es suficiente, depende además del sentido del equilibrio que lo da el oído (oído medio).
En el plano espiritual, no existe mayor firmeza que aquella que nos brinda la Roca Eterna que es Cristo, el Señor de Señores; en tanto que nuestro equilibrio espiritual tiene relación con escuchar la voz de Dios, escuchar su Palabra, que nos brinda la seguridad, la corrección, el ánimo y todas las herramientas para estar firmes.

Es esa sensación de seguridad y firmeza en el corazón lo que nos lleva, en forma espontánea y resulta, a cantar salmos y alabanzas a Dios Todopoderoso.

¡Oh Señor, Tú eres la firmeza de nuestro corazón!
¡recibe nuestra alabanza!

Ilustración: VIntage card

sábado, 27 de julio de 2013

En deuda




¿Cómo puedo pagarle al Señor
por tanta bondad que me ha mostrado?
Salmo 116: 12

Comprender lo maravillosa que es la bondad y la misericordia del Señor en nuestra vida, puede ser abrumador. Quizás eso le pasaba al salmista cuando se preguntó ¿Cómo puedo pagarle al Señor...?

No hay forma de "pagar" una deuda tan grande. Porque las bondades que el Señor nos ha mostrado comienzan con el don de la vida y continúan con lo que sería una lista interminable de bondades; hasta la naturaleza derrama sus tesoros a nuestros pies y es Dios quien lo dispuso así, para nuestro beneficio. 
El Salmo 103 dice: "bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios". Si la gratitud fuese una melodía, no deberíamos saltarnos ninguna nota, para no echar a perder 
la gracia de la música. 

¿Cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado? Me ha sorprendido encontrar este verso en la Introducción de uno de los libros de cocina de la Hermana Bernarda(*). Ella dice que le pide a Dios que siga bendiciendo sus manos "para seguir trabajando con gran amor y entusiasmo... dejando caer siempre un granito de "sal" para conservar las buenas costumbres de la familia"
Me parece que la Hna. Bernarda tiene razón: no hay forma de "pagar" a Dios tanta bondad que nos ha mostrado. Pero podemos  transmitir esa bondad a los que están cerca,  con cada tarea o acto de servicio. De este modo, aun los pequeños e insignificantes gestos cotidianos se transformarán en reflejos del Amor de Dios, un Amor multiplicado, que al fin de cuentas, completa el círculo de la bendición de Dios.


Pintura: "Manzanas"
Juan Francisco González

(*Hna. María Bernarda Seitz, de la Congregación de las Hermanas de la Santa Cruz.
     Escritora, cocinera y presentadora de la televisión argentina.

viernes, 26 de julio de 2013

Te damos gracias, oh Dios




Te damos gracias, oh Dios,
te damos gracias e invocamos tu 
nombre;
¡todos hablan de tus obras
portentosas!
Salmo 75: 1
NVI


La gratitud lleva consigo un reconocimiento de la bondad de Dios. El Apóstol San Pablo dice con mucha firmeza: "den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad" (1Tes 5:18).

Tengo la impresión de que el acto de agradecer, precisamente porque es un tema de "buena educación", no surge en forma espontánea. Según el pasaje bíblico en que Jesús sana a diez leprosos, podríamos deducir que de cada diez personas, solo una tomará la iniciativa de agradecer, al recibir un favor.

Dar gracias a Dios es el paso previo a la adoración. Dar gracias a Dios, con humildad y de corazón, es una expresión que tiene una resonancia eterna ante Dios Todopoderoso. Recordemos por ejemplo, aquella oportunidad cuando Jesús alimentó a la multitud. El relato bíblico dice que una vez que Jesús hubo dado gracias, los panes y los peces se multiplicaron. La asombrosa y sobrenatural resurrección de Lázaro se produce luego que la gente quitó la piedra del sepulcro y Jesús, mirando al cielo, clamó: "Padre te doy gracias porque me has escuchado..." (Evangelio 
según San Juan).

Hacer de la gratitud a Dios, un hábito y una disciplina espiritual, nos sitúa ante Él, en el lugar que nos corresponde, porque todo lo que somos y todo lo que tenemos proviene de su bondad y gran misericordia. 
Dar gracias a Dios por la comida, es reconocer el milagro del sustento diario. Agradecer por el lugar que habitamos, es saber que tenemos su protección. Decimos gracias, infinitas gracias, porque Él siempre nos escucha, sin importar el momento o el lugar donde nos encontremos.
Vivir agradecidos es, finalmente, entender que Dios tomó la iniciativa para darnos una voz, un lugar, un espacio a su lado, porque somos justificados a través de Cristo Resucitado.


¡Te damos gracias, oh Dios!
¡te damos muchas gracias!

Pintura: Odilon Redon

jueves, 25 de julio de 2013

Una ofrenda de palabras




Señor, acepta la ofrenda que
brota de mis labios;
enséñame tus juicios.
Salmo 119: 108
NVI

Nuestras palabras tienen un poder especial, Con nuestra palabras podemos abrir puertas, tocar corazones, entregar amor y consuelo. Con nuestras palabras hacemos declaraciones, compromisos y promesas,  Con palabras nos movemos en el mundo de las relaciones interpersonales y ellas son como monedas que nos ayudan a hacer las transacciones necesarias para la convivencia diaria.

Pero, sin duda el mejor, el más adecuado y a la vez sublime, uso que le podemos dar a nuestras palabras, es aquel que nos ayuda a elevar una alabanza a Dios, una ofrenda de amor a nuestro Dios y Padre.
Necesitamos palabras puras, dulces, suaves, honestas y verdaderas para que esta ofrenda sea digna de ser recibida en 
el altar supremo de Dios. 

El único modo de purificar nuestras palabras es dejando que pasen por el crisol de los juicios del Señor. Son los preceptos divinos los que pueden limpiar nuestro corazón para que broten palabras nuevas y perfectas, porque "de la abundancia del corazón habla la boca" (Jesús - Evangelio según San Mateo)


Señor, enséñame tus juicios
para que la ofrenda que
brota de mis labios,
sea aceptable para Ti.

Pintura: Edgar Maxence

miércoles, 24 de julio de 2013

La pronta respuesta




Cuando te llamé, me respondiste;
me infundiste ánimo y renovaste
mis fuerzas
Salmo 138: 3
NVI

Me parece que todos los cristianos hemos escuchado, en más de alguna ocasión, relatos relacionados con la eficacia de la oración; situaciones en las cuales Dios ha intervenido en forma sobrenatural, como respuesta a una oración.

El salmista dice: Cuando te llamé, me respondiste. No hay duda que se trata de una situación de peligro y aflicción; pero toda su esperanza está puesta en Dios Todopoderoso, que escucha la oración y responde infundiendo ánimo y valor.
"Las palabras sin sentimiento no llegan al cielo" dice el Rey en "Hamlet" (Shakespeare). Es decir, no se trata de la repetición de palabras "mágicas" que despierten el corazón de Dios. Se trata de un grito de auxilio, es la voz del alma que pone toda su fe en la misericordia de nuestro Dios y Padre.
Elevamos nuestra oración aun sabiendo que nada merecemos, que nuestra condición humana es tan distinta a la santidad de Dios. Pero lo hacemos con fe, confiando en el Amor inagotable del Señor  y, se produce el milagro. Dios escucha nuestras súplicas por eso podemos descansar y recuperar el ánimo desgastado.

¿Que ocurre cuando pedimos algo específico a Dios 
y lo hacemos con urgencia?
La respuesta puede ser un -Si; pero también puede ser un -No.
El más santo y más puro de los hombre, cuando se vio enfrentado a la muerte, en esas horas de suprema angustia, tres veces rogó al Padre por un rescate (Evangelio según San Mateo). Recibió un No por respuesta. Pero Dios fortaleció su espíritu, lo llenó de su gracia, renovó sus fuerzas y fue revestido con el poder de Dios; un poder tan sobrenatural que finalmente venció a la muerte.


Cuando clamamos a Dios, Él nos responde;
nos infunde ánimo y renueva
nuestras fuerzas.

Ilustración de Willy Pogany

martes, 23 de julio de 2013

Corrección




Dichoso aquel a quien tú, Señor,
corriges;
aquel  a quien instruyes en tu Ley
Salmo 94: 12
NVI


Es un gran privilegio recibir la corrección adecuada, de la persona correcta, y en el momento oportuno. 
Para el salmista, los mandamientos del Señor son las señales necesarias para caminar con seguridad y firmeza.  Es la Ley de Dios la que ilumina nuestros pasos, nos hace más sabios y nos da fortaleza en los tiempos difíciles. Somos afortunados porque mediante la corrección divina, aún las experiencias más duras se transforman en aprendizaje y bendición.

Sólo nos queda a nosotros la tarea de disponer el corazón, con humildad,  para recibir de primera mano, con la ayuda del Espíritu de Dios, la corrección, la instrucción y la enseñanza, que finalmente son muestras del inmenso Amor de Dios.

El Salmo 63: 8 dice:
Señor, mi alma se aferra a Ti;
Tu mano derecha me sostiene

Pintura: Walter MacEwen

lunes, 22 de julio de 2013

Perfección sin límites




He visto que aun la perfección
tiene sus límites,
¡sólo tus mandamientos son
infinitos!
Salmo 119. 96
NVI

A través de todos los tiempos la búsqueda de ideales perfectos ha ocupado a hombres y mujeres. Para algunos la perfección se encuentra en la belleza física, humana; para otros está en el arte o en lo sublime de la música clásica. Hay quienes se obsesionan con lograr índices de perfección en todo lo que hacen, con real y agotador "perfeccionismo".

Para el salmista, la búsqueda de la perfección ha terminado:
Señor, ¡sólo Tus Mandamientos son infinitos!

La perfección, es uno de los atributos de Dios; tal como lo son la eternidad, santidad y su poder ilimitado. Esa perfección, que excede todos lo límites humanos, que es imposible comprender, también está presente en la misericordia y el amor de Dios por toda la humanidad.
El Apóstol San Pablo, escribiendo a los Efesios dice que "el Amor de Dios excede (sobrepasa) todo conocimiento" y nos dice que el poder de Dios "puede hacer muchísimo más de lo que podemos 
imaginar o pedir".

Podemos afirmar que Cristo, al morir en la cruz, nos libró de todo perfeccionismo y nos permite, sólo por fe en Él, tener acceso a la Vida verdadera, Vida eterna. Esto está garantizado por la Palabra de Dios que es  Fiel, Verdadera, Infinita y Perfecta.

En el glorioso pasaje del Amor perfecto (1 Corintios cap. 13) dice:
Ahora conocemos en parte
pero cuando llegue  lo  perfecto 
lo imperfecto desaparecerá
...
Ahora vemos de manera indirecta y velada,
como en un espejo, pero entonces
veremos cara a cara
Ahora conozco de manera imperfecta,
pero entonces conoceré
tal y como soy conocido.

Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes:
la fe, la esperanza y el Amor.
Pero la más excelente de ellas es el Amor.


Pintura: Casey Baugh

domingo, 21 de julio de 2013

Cantos de gratitud




Canten a Dios, canten salmos a su
nombre;
aclamen a quien cabalga por las
estepas,
y regocíjense en su presencia.
¡Su nombre es el SEÑOR!
Salmo 68: 4
NVI


Este Salmo es especialmente majestuoso y solemne. Es una manera de hacer notar el poder y la grandeza de Dios. Nuestro Dios, victorioso, santo y eterno, cuyo dominio se extiende
sobre toda la tierra.

El salmista nos invita a elevar nuestro canto más solemne ante Dios Todopoderoso. Esta solemnidad se expresa con regocijo, desde la sinceridad del corazón agradecido, así lo aconseja el Apóstol San Pablo, (escribiendo a los Colosenses): "canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón".

Creo que ante Dios lo importante no es tanto -¿Tengo una voz?  sino más bien -¿Tengo una canción?
Todos tenemos voz, viene incorporada "de fábrica". Pero la canción nace de la experiencia, de entender que todo lo que tenemos y todo lo que somos viene de parte de Dios, nuestro Padre.  La voz del alma se afina con devoción, con amor, con gratitud y con voluntad de alabar y adorar a nuestro Padre Dios, el Glorioso Señor que cabalga por las estepas, que domina el universo con su sola presencia.

Es nuestra canción de alabanza lo que nos puede llevar a las profundidades de la comunión con Dios, la más solemne y majestuosa comunión, que no se puede describir. Entregarnos a la alabanza a Dios es romper los límites de nuestras propias reservas y limitaciones humanas para alcanzar el altar sagrado.  Es una canción gloriosa, dulcificada por 
el Espíritu de Dios.


Cantemos a Dios, 
cantemos salmos a su nombre
¡Su nombre es el SEÑOR!

Pintura: Felix Vallotton

sábado, 20 de julio de 2013

A mi favor



Cuando yo te pida ayuda,
huirán mis enemigos.
Una cosa sé: ¡Dios está de mi parte!
Salmo 56: 9
NVI

Este Salmo 56 es una súplica por ayuda divina, pero está acompañada de reiteradas frases de confianza, como estas:  
¡Dios está de mi parte!
En Dios he confiado. No temeré
En el día que temo yo en Ti confío.

Me gusta la expresión: Cuando yo te pida ayuda, huirán mis enemigos. Me recuerda que la supremacía y el poderío de Dios Todopoderoso son ampliamente conocidos, en todo el universo. No existe algo o alguien superior a Dios. Esta es la razón por la cual nos apropiamos de las palabras de Pablo escribiendo a los Romanos y afirmamos que Ni la muerte ni la vida... ni principados, ni potestades...ni ninguna otra cosa creada puede dañar a los que hemos hecho de Dios nuestro refugio.

¡Dios está de mi parte!
¡Bendito sea su santo nombre!

Pintura: Casey Baugh

viernes, 19 de julio de 2013

En lo profundo



Tú miras lo profundo de la mente y
del corazón,
Oh Dios justo
Salmo 7: 9
NTV

Este Salmo 7 nos muestra algo de la justicia de Dios. Es un salmo de David, probablemente escrito cuando fue víctima de calumnias ante el rey Saúl.

Cuando nos sentimos tratados injustamente, en medio de circunstancias desagradables como mentiras y calumnias, podemos confiar en la justicia de Dios, tal como el salmista. Recordar que ante Dios nada queda oculto, y que Él ama la Verdad. El Salmo 37 lo dice de la siguiente manera:
"El hará resplandecer tu inocencia como el amanecer,
y la justicia de tu causa brillará como el
sol de mediodía"
En otras palabras, cuando Dios aplica su santa justicia, lo hace ante todo el mundo, con mucha claridad y con total autoridad. Nuestra integridad está en las manos del mejor abogado que pueda existir, porque Él ve lo profundo de la mente y
del corazón.

Podemos estar tranquilos y confiar por completo en la 
santa justicia de nuestro Dios.
¡Oh Dios justo!


Pintura: René Magritte

jueves, 18 de julio de 2013

Digno de confianza




Dignos de confianza son, Señor, tus 
Estatutos;
¡la santidad es para siempre el
adorno de tu casa!
Salmo 93: 5
NVI

El Señor reina. Así comienza este Salmo 93. Desde la eternidad sin principio,  desde antes del comienzo de la humanidad, el Señor reina y eso es una gran tranquilidad y un gran consuelo.

La santidad de Dios es, probablemente, uno de los atributos de Dios más difícil de comprender, desde nuestra perspectiva humana. Sin embargo, la santidad, está presente en todos los otros atributos de Dios. Por eso hablamos de su santo Amor o su santa justicia,
por ejemplo.

El verdadero conocimientos de Dios es aquel que hemos recibido de Dios mismo. De otro modo quizás no podríamos ni siquiera vislumbrar lo que Él es. En el Libro de Hebreos se nos explica esta idea: 
"Dios, que muchas veces y de tantas maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado 
por medio de su Hijo".  

Hoy el salmista nos habla del poder y la majestad de Dios, que están presentes en sus mandamientos y en su Palabra. Esto nos permite afirmar que Dios sigue teniendo bajo su control, todo lo que existe, incluyendo nuestra vida, y esto es motivo de regocijo y confianza. 
Del mismo modo como los niños disfrutan confiadamente la presencia de sus padres en el hogar, sin necesidad de  comprender a qué se dedican profesionalmente o, a cuanto asciende su patrimonio económico, nosotros podemos disfrutar el santo Amor de Dios, su Misericordia y su Verdad, porque somos sus hijos por la gracia de Cristo resucitado.

¡El Señor reina!
¡Bendito sea su nombre!

Foto de Sergio Larrain

miércoles, 17 de julio de 2013

Eterna compasión



El Señor no rechaza
para siempre;
antes bien, si aflige,
también se compadece
según su gran misericordia,
pues no se complace en afligir
o entristecer
a los hijos de los hombres.
Libro de Lamentaciones 3: 31, 32, 33

Estos versos, que pertenecen al Libro de Lamentaciones, nos recuerdan a los Salmos porque tienen la misma estructura poética y porque expresan con libertad  los sentimientos y emociones de su autor, frente a Dios Todopoderoso.

Todo lo que vivimos es porque Dios lo permite; esto incluye el dolor y  la aflicción.  Hay muchas explicaciones, donde diversos autores y teólogos plantean sus puntos de vista; para algunos se trata de pruebas que estimulan nuestro crecimiento espiritual; para otros es sencillamente, nuestra naturaleza pecaminosa cuyo origen se encuentra en la desobediencia del hombre en el jardín del Edén (como lo relata el Libro de Génesis). De cualquier modo, el Señor jamás nos deja solos, porque se compadece según su gran misericordia.

Es un gran alivio comprender que Dios escucha nuestros ruegos, sabe poner fin a nuestras aflicciones y nos sostiene con su brazo poderoso en todo momento. La compasión de Dios no ha cambiado. Es infinita y eterna, por eso  no rechaza para siempre... no se complace en afligir o entristecer a los hijos de los hombres.

Podemos preguntarnos - ¿En qué o en quién se complace Dios?
El Señor se deleita en los que le temen,
en los que ponen su esperanza en su Amor
inagotable
Salmo 147: 11 - NTV



martes, 16 de julio de 2013

Palabra de luz




La enseñanza de tu Palabra da luz
de modo que hasta los simples pueden
entender.
Salmo 119:  130
NTV
 Todos podemos ser enseñados por la Palabra de Dios, es una Palabra única, verdadera y contiene todo lo que necesitamos saber para caminar sin tropiezo alguno. Al leerla y meditarla, los ojos del entendimiento son iluminados. Dejarse guiar por esta Palabra es obedecer la Ley de Dios.
No existe alguien tan sabio que no pueda encontrar un tesoro en las Sagradas Escrituras, del mismo modo como, aun las personas sin instrucción  o formación académica alguna, y hasta los mas simples y menos "espirituales" pueden encontrar las verdades eternas reveladas por el Espíritu de Dios.

La riqueza de la enseñanza divina es inagotable. Da consuelo, instruye, dirige, bendice, corrige, es alimento para el alma y la fe. En ocasiones el texto bíblico nos confronta llevándonos a conflictos personales muy íntimos, pero la luz divina que emana de ella nos puede guiar a obedecer. Obedecemos la Palabra de Dios porque lo amamos a Él.
Sin embargo, en este salmo 119,  el salmista va un poco más lejos. Desde el comienzo del salmo queda en evidencia su admiración más completa por la Palabra de Dios, encuentra en ella belleza, alimento, perfección, credibilidad y obedece sus enseñanzas no solo porque ama a Dios, sino también porque ella es Luz eterna, plenamente comprensible y totalmente perfecta.

La enseñanza de tu Palabra da luz. ¿Quien enseña? ¿Bastará con leerla? - La Palabra en si misma lleva la semilla de la Vida del Espíritu de Dios, no necesita adornos porque es completa y perfecta. Es el mismo Espíritu de Dios quien guía la meditación y se encarga de entregar la enseñanza apropiada, lo que nuestra alma necesita. Esa es la razón por la cual antes de leer la Palabra de Dios, hacemos una sencilla plegaria para recibir la correcta enseñanza, aquella  que es precisamente, para cada uno de nosotros.  

¡Gracias Señor por tu Palabra que es Palabra de Vida y Luz!


Pintura: Morgan Weistling

lunes, 15 de julio de 2013

Como la voz del silencio




Los cielos proclaman la gloria de Dios
y el firmamento despliega la destreza de
sus manos.
Día tras día no cesan de hablar;
noche tras noche lo dan a conocer.
Hablan sin sonidos ni palabras;
su voz jamás se oye.
Sin embargo su mensaje se ha difundido
por toda la tierra
y sus palabras, por todo el mundo.
Salmo 19: 1, 2, 3, 4
NTV

El salmo 19 es un Salmo de David. Podemos imaginar que está inspirado en aquellas noches en el campo, mientras cuidaba sus rebaños de ovejas, meditando y sobrecogido por un cielo tachonado de estrellas.  Nos habla de esa voz del firmamento, tan clara y tan poderosa que no tiene equivalencia en el discurso o idioma humano.

Muchas veces había leído este salmo, especialmente estos primeros versos que son muy conocidos. Pero esta vez me he preguntado, a propósito de aquella voz tan pura y "silenciosa",  ¿cómo, y qué son mis palabras? ¿cómo son mis pensamientos?
Tenemos que reconocer que tenemos una lengua contaminada, pensamientos dispersos y erráticos. Y sin embargo es todo lo que tenemos, para cantarle a nuestro Dios Todopoderoso.

Por eso el salmista termina su canto siendo muy consciente de la necesidad de que Dios santifique sus palabras y sus  pensamientos.  Nosotros nos unimos a esa oración:
Que las palabras de mi boca
y la meditación de mi corazón
sean de tu agrado,
Oh Señor, mi Roca y mi Redentor.
  

Foto de María Gracia Subercaseaux

domingo, 14 de julio de 2013

Inconmensurable




¿Quién podrá enumerar los gloriosos
milagros del Señor?
¿Quién podrá alabarlo lo suficiente?
Salmo 106: 2
NTV

Aquí encontramos dos preguntas que 
todavía no han sido respondidas.
En ambos casos el salmista trata de poner en evidencia la grandeza y santidad de Dios, ante la cual todo esfuerzo humano por retratarla es insuficiente, inadecuado y pobre. 

Cada vez que alabamos a Dios no alcanzamos 
a expresar todo lo que el es. 
Al alzar nuestros cantos, oraciones y plegarias a Dios, con nuestra voz humana, limitada e imperfecta, estamos haciendo lo único que realmente tiene un sentido trascendente, porque tiene una resonancia eterna y gloriosa. Este es quizás, el mayor milagro, porque es Dios mismo quien lo permite. 

La grandeza de Dios, sus santos atributos y su misericordia nos siguen conmoviendo hasta el día de hoy. Jamás terminaríamos de agradecer y bendecir su nombre por todo 
lo que Él a diario nos brinda.

¡Gracias Señor, por tu santo amor
que es inconmensurable!

Pintura: "The Blessing"
Odilon Redon

sábado, 13 de julio de 2013

Lo que ha hecho



Todo lo que has hecho por mi, Señor, ¡me
emociona!
Canto de alegría por todo lo que has hecho.
Salmo 92: 4
NTV

Este Salmo 92 comienza diciendo: "Es bueno dar gracias al Señor" y creo que también es bueno hacer memoria de todo lo que el Señor, en su misericordia, ha hecho por nosotros,  por ti  y por mi.

Todo lo que Dios hace por nosotros deja una huella profunda en el corazón y al recordarlo, se revive la emoción, tomamos conciencia de lo maravillosa que es su misericordia y nos ayuda a dimensionar su poder, que es ilimitado.

Quiero unirme a la voz del salmista y decir con mucha fuerza,
Señor, canto de alegría por todo lo que has hecho;
y canto con mucha esperanza por lo que estás haciendo,
según tus promesas.

Pintura: Odilon Redon

viernes, 12 de julio de 2013

Desde las profundidades



Él extendió la mano desde el cielo y
me rescató;
me sacó  de aguas profundas.
Salmo 18: 16
NTV

Cuanto más se conoce el mar y la fuerza de las aguas, tanto o más respeto se le tiene. Generalmente son personas imprudentes, con desconocimientos de las mareas y el ritmo del mar, las que perecen en sus profundidades o son arrastradas a lugares 
de profundo peligro.

Quien haya vivido la experiencia de sentirse perdido y en peligro en medio de aguas profundas, sabe que el rescate no es sencillo; cada segundo es una eternidad y si quien viene al rescate no está preparado o desconoce las técnicas de salvamento, puede verse en serias dificultades porque la persona que se siente en peligro comienza a dar "manotazos de ahogado"  con resultados fatales.

Las aguas de la vida tienen características similares. Son las personas que confían de sus propias destrezas las que comienzan a hundirse en sus profundidades. Cuando el dolor comienza a quedarse y parece traspasar la piel, es cuando se transforma en sufrimiento; nos sentimos sobrepasados y ahogados de dolor y sufrimiento.

En este verso el salmista dice "me sacó  de aguas profundas", y entendemos que ha clamado a Dios Todopoderoso por ayuda. Sabemos que Dios desde su majestuoso trono en los cielos, se compadece y escucha el grito de auxilio de sus hijos. El Señor sólo tiene que extender su mano para rescatarnos; Él sabe cómo hacerlo, conoce nuestros puntos débiles; nos rodea con su misericordia haciéndonos sentir a salvo, y nos permite estar en el  lugar más seguro que puede existir: junto a Él.

¡Gracias Señor, porque aun de las aguas más profundidades,
Tu nos rescatas oportunamente!

Pintura: Michael Sowa

jueves, 11 de julio de 2013

Mano que bendice



Vas delante y detrás de mí.
Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.
Salmo 139: 5
NTV

Este Salmo 139 nos trae la profunda certeza de la presencia de Dios en nuestra vida. El poder glorioso de Dios, que no conoce límites ni fronteras, es nuestra seguridad y nuestra bendición. Pero también es la verdad total ante la cual nadie puede huir.

Vas delante y detrás de mí. Ante Dios todo queda expuesto, no hay un lugar en el mundo que sea desconocido para Él. Nuestra seguridad más completa reside en esa cualidad divina.

Pones tu mano de bendición... Las manos humanas están capacitadas para tantas labores. Pueden ejecutar las ordenes del cerebro, pueden ser defensa y protección o pueden ser puños amenazadores; son capaces de acariciar o defender, mostrar e incluso expresar con un lenguaje propio lo que 
las palabras o la boca calla.
La mano de Dios, en esta figura que nos propone el salmista, está llena de ternura, llena de sus dádivas de amor y fortaleza. La mano poderosa de Dios nos corrige, nos enseña  nos guía, y por sobre todas las cosas, nos bendice. La mano de Dios rodeándonos, es una expresión de su misericordia que finalmente es la mayor bendición que se puede tener.

Oh Señor, danos la bendición de tu mano de Amor


Pintura: Erin Cone

miércoles, 10 de julio de 2013

El Señor está cerca




El Señor oye a los suyos cuando claman a
Él por ayuda;
los rescata de todas sus dificultades.
El Señor está cerca de los que tienen
quebrantado el corazón;
Él rescata a los de espíritu destrozado.
Salmo 34: 17, 18
NTV

El Señor oye a los suyos. El Señor está muy cerca de los suyos, escucha y se manifiesta consolando, sanando, sosteniendo y rescatando a todos los que claman a Él por ayuda; atiende la súplica y se compadece de los que sufren. Su cercanía es permanente, aunque nuestros ojos cegados por las lágrimas no lo puedan reconocer.

Cuando nuestro corazón está quebrantado se vuelve más sensible y es una bendición recibir el consuelo del Señor. A través del tiempo y de tantos ejemplos que encontramos en las Sagradas Escrituras, o ejemplos de la vida real, incluso en nuestra experiencia personal, nos damos cuenta de la fidelidad de nuestro Dios y Padre Celestial.
Podemos estar seguros que Él, con su intervención divina, puede resolver lo que a nuestros ojos parece imposible. Contamos con su poder ilimitado, pero además su santo Amor nos rescata de la angustia.

Todas las afirmaciones del salmista: 
El Señor oye...
rescata...
está cerca...
rescata...
están fundamentadas en su experiencia de vida.

Nosotros también podemos cantar estos versos, porque Dios no ha cambiado. Dios, Todopoderoso, continua cerca de sus hijos: nos oye, rescata  y está cerca con  su inagotable Amor.

Pintura: "Jeune fille de saviese"
Margeurite Burnat-Provins 

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